¡Tu biografía quiere hablar con mi biografía!
“Cuéntame y se me olvidará. Muéstrame y puede que recuerde. Involúcrame y entenderé”
– Confucius, 450 BC.
Seguimos caminando mi querido lector, disfrutando de la belleza del recorrido y también de las pausas (¿has experimentado la calma de la relajación de uno de mis artículos pasados “¿y qué tal si respiramos?”). Antes de nada me gustaría que recordases aquella frase que suelo resaltar en varias ocasiones, “somos biografías únicas, exclusivas e irrepetibles; patrimonio de la humanidad”. Recuerda y memoriza esta cita a lo largo de todo el capítulo. ¡Comencemos!
“¿Qué piensas de la comunicación?, ¿sabes lo que significa realmente comunicarnos?, ¿tú como te comunicas?, ¿abres el camino o por el contrario lo cierras?” Mientras vas reflexionando sobre las siguientes preguntas, vamos a recordar a través de la siguiente imagen el proceso de comunicación que se suele enseñar en el período escolar.
Es decir, el emisor es aquella persona que emite un mensaje, con una intención, desarrollando la idea que desea transmitir. Así llega al receptor que se encarga de descodificarlo e interpretarlo. Este mensaje se transmite a través del canal, por ejemplo por teléfono, escrito o hablado y utilizando un código (conjunto de reglas y signos) que será compartido por ambas personas.
¡Bien! Hasta el momento conocemos lo básico de los elementos de la comunicación, sabemos su importancia y que son necesarios, ¡por supuesto! pero ¿qué te parece si vamos más allá, profundizando en este proceso?, ¿es aparentemente sólo un emisor y un receptor que comparten un mensaje?…
Como ya sabemos somos seres naturalmente sociales y la comunicación es aquel proceso por el cual nos relacionamos los humanos, permite nuestra adaptación y desarrollo en el universo. La comunicación nos permite conocer, transmitir y recibir mensajes, ideas, opiniones etc. Es sabia, esencial, interactiva, individual y a la vez colectiva. Además si la comunicación es efectiva, natural y buena, el resultado y la conexión del proceso es especial, llamativo y vital. Si te das cuenta querido lector, no importa cuál sea tu profesión, tu labor o tu estilo de vida, TODOS nos comunicamos, es más TODOS deberíamos de mantener una comunicación efectiva, por ello es muy importante resaltar la relevancia de este proceso y dotarnos de las herramientas necesarias para poder disfrutar de ello.
Ya que queremos caminar más allá del emisor y receptor, veamos las características más notables del proceso de comunicación (Costa y López, 2006; López y Costa, 2012).
- Es un encuentro entre biografías con historia. Cada persona “somos única, exclusiva e irrepetible, patrimonio de la humanidad”, con una historia de sentimientos, pensamientos, costumbres… es decir, con su propia vida. De esta manera cuando esa persona se comunica, no es un mero emisor, es una biografía única que a su vez no se comunica con un simple receptor, sino con otra biografía única. Así entre ambas biografías se comunican y no solo se transmiten mensajes, sino que comparten parte de esas biografías únicas, se intercambian mundos y perspectivas diferentes. Todo ello se produce en un contexto teñido a su vez por determinados factores donde afloran emociones, opiniones y expectativas que pueden desarrollar tanto buenas como malas reacciones.
- La relación o el encuentro se establece entre “interlocutores”. Cada persona sabe «de lo suyo», de lo propio, de manera que el proceso de comunicación debe ser compartir en un plano de igualdad y deliberar (reflexionar antes de tomar una decisión) el asunto que tiene delante. De manera que debe desarrollarse una relación al mismo nivel, simétrica, sin diferencias de poder o interés. Por ejemplo, el médico sabe más del proceso médico de la enfermedad del paciente, pero el paciente sabe más sobre la experiencia íntima de su propia enfermedad. Entra en juego el respeto y la tolerancia mutua.
- Tiene dos componentes básicos. Es decir, la presencia del contenido y la relación, dentro de los mensajes verbales (oral o escrito) y no verbales (lenguaje corporal…) que se transmiten de una forma recíproca (se corresponden).
- Es un encuentro que se rige por la ley de la interdependencia. Nosotros decidimos con nuestro comportamiento si nuestras opiniones y palabras serán escuchadas y comprendidas por la otra persona o si por el contrario, cortamos este proceso.
Aquí nos quedamos por el momento. La última característica se trabajará más adelante. Sólo leer y reflexionar lo siguiente: “Lo que hacemos o decimos tiene efectos: promueve impermeabilidad o permeabilidad”
A continuación aparece un divertido vídeo sobre la serie mexicana “El chavo del 8”. Te animo a verlo y ser consciente del proceso de comunicación que existe entre el profesor y los alumnos. ¿Observas alguna de las características anteriores?, ¿qué está ocurriendo?…
¡Atento! Ahora veamos este vídeo y observa la diferencia. Sobre todo fíjate en la huella que dejamos con nuestra comunicación a cada paso dado, la evolución de ésta y entonces, pregúntate, ¿Qué huella quieres dejar tú?
Este tema, al igual que todos, son amplios, diversos y a la vez complejos, por lo que aquí se presenta una parte de la inmensidad del bloque de comunicación. Próximamente presentaré un artículo donde tengamos la oportunidad de elegir entre dos vías de comunicación y aprender una regla muy importante para tener un estilo de comunicación excelente. Nos daremos cuenta de todo el valor que compone este proceso ¡NO TE LO PUEDES PERDER!
REFERENCIA:
- Costa Cabanillas, M., y Arranz Castillo, P. (2015). Comunicación y counselling en psicooncología. En Cruzado Rodríguez, J. A., Manual de psicooncología: tratamiento psicológico en pacientes con cáncer (pp. 55-77). Madrid: Pirámide
Gracias por visitar nuestro artículo «Tu biografía quiere hablar con mi biografía», espero te haya resultado interesante y de utilidad. Cualquier duda y comentario estamos para ayudarte. ¡Hasta la próxima!