DEPRESIÓN

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El médico británico Aubrey Lewis, fue el primero en observar que la historia y características de la melancolía podrían ser en realidad la historia de una enfermedad.


El empleo común del término “depresión” se remonta al siglo XIX, cuando el psiquiatra Emil Kraepelin buscaba una palabra que tuviera mayor especificidad diagnóstica que “melancolía”.


La piedra angular de la depresión es una alteración permanente del estado de ánimo, entendiendo el término “estado de ánimo” como un estado emocional que afecta todas las áreas vitales del individuo.





¿Qué es la depresión?



La depresión es un trastorno mental caracterizado por una sensación constante de abatimiento y tristeza, que puede prolongarse durante 2 semanas o más.


Su naturaleza es predominantemente psicológica, matizándose con factores bioquímicos, donde la serotonina (el neurotransmisor responsable del estado de ánimo) se encuentra por debajo de sus límites normales.



La depresión como enfermedad



Estar deprimido” es un término que se utiliza coloquialmente para referir cualquier tristeza o abatimiento común. Sin embrago la depresión es una enfermedad grave que implica muchos factores de riesgo.


Es decir, la depresión es más que una simple tristeza o aflicción pasajera. Para hablar de depresión como enfermedad es necesario que cumpla dos condiciones:


  • Que se presente de forma intensa y continua durante 15 días o más.
  • Que incapacite a la persona impidiéndole llevar una vida normal.

La depresión es una enfermedad que suele acompañarse de otros trastornos como estrés, ansiedad o conductas adictivas.


Según su grado de intensidad puede ir de leve a moderada, o derivar en un cuadro muy grave.



Sintomatología



Los síntomas de depresión son complejos y variados, no todas las personas presentan la misma sintomatología, por lo que su evaluación profesional es indispensable. Entre los principales síntomas están:


  • Melancolía constante, tristeza, abatimiento.
  • Apatía, fatiga, cansancio, sensación de desánimo.
  • Culpa, desvalorización y baja autoestima.
  • Bradipsiquia (dificultad para pensar).
  • Anhedonia (incapacidad de disfrutar determinadas experiencias o situaciones).
  • Pensamiento negativo, desesperanza, ideas fatalistas.
  • Alteraciones del sueño.
  • Mala Alimentación (falta o exceso de apetito).
  • Pérdida del deseo sexual.
  • Dolores de cabeza, problemas digestivos, molestias generalizadas.
  • Aislamiento, poca interacción social.
  • Automaltrato, conductas autodestructivas, ideación suicida.

De acuerdo a su sintomatología la depresión se clasifica en distintos tipos o formas: Mayor, Endógena, Reactiva, Ciclotimia, Distímia y Depresión Posparto entre otras.


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La depresión como incapacidad



La depresión es la principal causa de incapacidad en el mundo, impide a la persona valerse por sí misma y experimentar una sensación de bienestar.


  • Emocionalmente: la persona pierde el interés por emprender acciones en beneficio propio, y es incapaz de recrearse en actividades que antes disfrutaba.
  • Socialmente: la depresión induce al aislamiento, el deprimido suele alejarse de grupos importantes como la familia y amigos, se encierra en sí mismo y evita interactuar con el mundo externo.
  • Laboralmente: provoca serias dificultades para llevar una vida productiva, dañando las actividades de auto-sustento básicas, como el trabajo y otros deberes económicos.




Factores de Riesgo



Según la OMS la depresión es el trastorno mental más común (350 millones de personas en el mundo), por lo que los factores de riesgo están bien identificados. La persona propensa a deprimirse suele presentar:


  • Antecedentes familiares de depresión.
  • Reincidencia (padecieron depresión con anterioridad).
  • Un alto grado de estrés.
  • Experiencias traumáticas.
  • Otros trastornos psicológicos.
  • Irregularidades hormonales.
  • Enfermedad terminal.
  • Duelo Patológico (una pérdida significativa no superada).
  • Adicciones o consumo de sustancias tóxicas.
  • Problemas de adaptación social o cultural.
  • Conflictos de pareja (divorcio, separaciones, relaciones disfuncionales).
  • Carestía económica (deudas, desempleo, problemas financieros).
  • Cambios drásticos en su rutina, costumbres o calidad de vida.