Mindfulness y comunicación (1a parte)
Mi intención es guiarlo a través de una breve experiencia de mindfulness (atención plena) que posteriormente nos haga reflexionar sobre el proceso de comunicación. ¿Está listo?
Intente representarse la siguiente situación. Si le pidiera que me describa la forma en que se cepilló los dientes esta mañana, ¿podría hacerlo? ¿Recordaría, por ejemplo, cómo colocó la pasta dentífrica? ¿De qué lado y hacia qué lado la ubicó, qué cantidad y qué forma tenía la pasta al colocarla sobre el cepillo, y cuánto de la superficie del cepillo cubría? ¿Podría indicarme la forma y la dirección de los movimientos que hizo con el cepillo de principio a fin? ¿Su mente estuvo atenta a todo el proceso de cepillarse o pensaba en otra cosa? Si es así, ¿recuerda en qué pensaba? ¿Recuerda qué hacía inmediatamente antes de cepillarse los dientes? ¿Y qué hizo inmediatamente después? Incluso le digo más, ¿es realmente consciente de que se detuvo un tiempo a leer este artículo? Quizás le hayan sorprendido estas preguntas y pudiera pensar ¿cómo podría no ser consciente de lo que estuve haciendo?
Bien, le traigo una noticia, no somos conscientes de muchas de nuestras conductas y pensamientos. Nuestras conductas actuales están precedidas por una historia de aprendizaje y años de hábito, por lo cual muchas de ellas están fuertemente automatizadas. Podríamos decir que las ejecutamos sin darnos cuenta que lo hacemos. Una simple comprobación: detenga la lectura un instante y cierre los ojos, tómese unos 30 o 50 segundos. Ahora intente responder la siguiente pregunta ¿Podría describir de qué cosa fue consciente en ese lapso de tiempo? ¿Tuvo algún pensamiento? ¿Podría recordar el contenido de cada pensamiento que tuvo, pensó en eso voluntariamente? ¿Hizo algún movimiento, puede describir cuál? ¿Fue voluntario? ¿Percibió algún estímulo del ambiente, podría describir cuáles? Resulta difícil ¿verdad? Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo esto con la comunicación?
La comunicación es también una conducta, una conducta compleja ciertamente y que implica además una interacción con otro ser humano. Le tengo una conclusión a la que probablemente ya haya llegado, nuestro modo de comunicación también está influido por una historia de aprendizaje y en gran medida se haya automatizado y estereotipado. Esto funciona como “arma de doble filo”, permite respuestas rápidas y veloces, casi reflejas en ocasiones, pero puede provocar el problema de que la comunicación se torne rígida, poco funcional y desadaptativa respecto de la situación actual.
¿Por qué todo esto es esencial? En terapia cognitiva-conductual lo primero que se hace si se desea modificar una conducta es monitorearla, no puedo modificar algo si no sé qué es lo que debo modificar, si no me doy cuenta que lo hago. Ningún consejo de mejora comunicacional puede ser efectivo si la persona no aprende primero a observar las conductas que ejecuta. No pudiendo monitorear el proceso y cómo este proceso va surgiendo, también le será muy difícil alterarlo o influirlo de alguna manera. Mindfulness es una práctica para darse cuenta, darse cuenta de lo que está sucediendo en el momento mismo en el que está sucediendo.
Lectura Recomendada
En la segunda parte de este artículo profundizaremos sobre estas ideas y las llevaremos al proceso comunicacional. ¡Hasta la próxima!