Ingredientes para el sentido de la vida
“La vida no tiene sentido, se lo das tú, con lo que hagas, con lo que te apasiones, con tus ilusiones. Tú construyes el universo a tu medida” – Walter Riso
Algunos pensarán que cada uno tiene una misión en el mundo, en cambio otros piensan que simplemente existimos como una mota de polvo en un gran universo. No obstante, la creencia de que tenemos que buscar el sentido a la vida siempre ha tomado relevancia en la sociedad, es por eso que muchos se preguntan: “¿Para qué vivo?” o “¿Cuál es el sentido de mi vida?”.
No existe una ecuación para descubrir el sentido de la vida, sin embargo, se pueden tener en cuenta ciertos aspectos que ayudan a auto-conocernos y ser más conscientes de lo que queremos en nuestra vida.
Algunos Ingredientes para el Sentido de la Vida
- VIAJA – cuando hablo de viajar no me refiero a coger el avión e irte lejos, solo con dar unos pasos y explorar por la zona dónde vives, ver cosas que están a tu alcance y que aún no habías visitado, probar comidas que por alguna extraña razón aún no habías probado y conocer gente nueva.
- DESCUBRE – Atrévete a probar. De repente probamos una combinación de ingredientes que jamás habíamos pensado que nos gustaría y se convierte en nuestra comida favorita. Con el tiempo evolucionamos y es por eso que siempre estamos descubriendo cosas de nosotros mismos. Somos la misma persona pero en momentos diferentes de nuestra vida, descubrimos, nos adaptamos y transformamos nuestra forma de ver las cosas.
- RESPETA – Somos más de 7.000 millones de habitantes en el mundo, y no todos vamos a pensar igual. Escuchar diferentes opiniones nos da ideas de como las otras personas ven el mundo y aprendemos nuevas filosofías de vida. Muchas veces tenemos la cabeza tan llena de pájaros que lo más saludable es dejarla abierta de par en par y que salgan de una vez volando. Ya sabes que podemos hacer muchas interpretaciones de una misma situación, tal y como hablé en los filtros mentales.
- APRENDE – hay infinidad de cosas nuevas por aprender: tocar un instrumento, ese idioma que te llama la atención, un deporte, cocinar, tejer, fotografiar, dibujar, nadar… Pero también aquellas que afectan a nuestro bienestar como: gestionar las emociones, quererse a uno mismo, saber comunicarse efectivamente con los demás, relajarse en los momentos de tensión… nunca dejamos de asimilar, así que… ¡a ponerse manos a la obra!
- LUCHA – quien no ha escuchado la típica frase: “lucha por lo que quieres”… qué fácil es decirlo y qué difícil ponerlo en práctica. Sin embargo, todas aquellas personas que pese a las adversidades, y sin ayuda, han conseguido aquello que se han propuesto saben que las cosas que cuestan son las que realmente valen la pena. Ya solo por intentarlo te ganas una posibilidad, porque el que no lo intenta ya pierde la oportunidad.
- CUIDA – aunque creas que somos una mota de polvo, muchas motas construyen una sociedad, y cada mota cuenta. Cuida aquello que verdaderamente aprecias, sobretodo cuídate a ti mismo y a lo que te rodea. El entorno influye en nosotros y nosotros influimos en el entorno.
Cuando morimos hay quienes creerán que nuestra alma se va al cielo, otros que nos reencarnamos en un animal o en otra persona, otros que dejamos de existir sin más, y con ello intentan dar un sentido a la vida. Independientemente de lo que tú creas, las acciones que hagas ahora son las determinantes, así que pregúntate: “¿qué puedo aportar yo ahora en mi vida?”.
Si tu respuesta ha sido la palabra “nada”, enhorabuena, porque entonces tienes aún un montón de cosas que aprender y poner en práctica. Lo que importa no es si hay vida después de la muerte, es que hay vida antes de morir. Tu creas tu propio sentido de la vida, porque según como veas tu vida así se presentará.