¿Quién es o quién fue tu primer amor?
¿Cuántas veces has escuchado el nombre del primer amor de una persona?
O incluso cuántas veces se nos viene a la mente el nombre de alguien. Ciertamente, pocas veces nos enseñaron quien es el verdadero primer amor de nuestras vidas.
Es sumamente importante el amor que somos capaces de profesarle a los demás, porque amar nos brinda felicidad y alegría, pero también es importante replantearnos nuestro propio amor.
El primer amor y la Teoría de Erich Fromm
Como menciona Erich From: “La afirmación de la vida, felicidad, crecimiento y libertad propios, está arraigada en la propia capacidad de amar, esto es, en el cuidado, el respeto, la responsabilidad y el conocimiento.
Si un individuo es capaz de amar productivamente, también se ama a sí mismo; si sólo ama a los demás, no puede amar en absoluto”.
Por lo que, amar a los demás y amarse a uno mismo son virtudes que van de la mano. Sin uno no existe el otro, por lo tanto, en realidad no se trata de amor.
Por otro lado, encontramos la polaridad, de aquellas personas con un desenfrenado “amor propio”, con una supuesta autoestima muy alta, al respecto, Erich menciona: “Es verdad que las personas egoístas son incapaces de amar a los demás, pero tampoco pueden amarse a sí mismas…”
Mi Primer Amor (ensayo)
«Mis ojos se posaron por primera vez en todo aquello que me rodeaba,
vivía en un descubrimiento constante y ciertamente era muy joven,
miraba el cuidado que tenían las personas unas de las otras
y me di cuenta que yo no tenía a nadie a quien cuidar,
en mis escasos años mi mamá me protegía de la caídas
y de los rasguños de esas caídas.Mi mamá me curaba las heridas de mis rodillas,
las limpiaba y las vendaba, yo quería hacer lo mismo
cuidar de alguien, mostrar mi respeto y mi admiración
por alguien, tener la fuerza de levantarle cuando cayera
como mi mamá lo hacía conmigoUn día le pregunté a mamá porque hacía eso conmigo,
quería saber los motivos por los cuales me cuidaba,
me contestó: “Lo hago porque te amo”.
Eso es una forma de mostrarte mi amor, me dijo.
Yo le dije que también quería amar como ella,
Que necesitaba a alguien a quien proteger y cuidar.Ella sonrío y me contestó, que estaba segura de que lo haría
con muchas personas, que incluso podía hacerlo con todas
aquellas que se encontraran a mi alrededor, pero que antes
tenía que conocer a quien sería mi primer amor, y con
quien aprendería a amar a los demás, me tomó de la mano
y me llevó a su cuarto, me dijo que mirara a través de un
marco que tenía en la pared, me ayudó a subir porque el marco
estaba alto, era una especie como de ventana…Miré, vi a un niño con ojos grandes, que hacía los mismos
Movimientos que yo, vestía como yo, intenté tocarlo y al no
Poder abrazarle, me di cuenta que era mi reflejo,
Le dije a mi mamá, asombrado: ¡Soy yo!
Mi mamá río, y me dijo ese es tu primer amor.»
Ahora que soy grande, recuerdo ese día como el día en el que retiré
el traslucido velo de mis ojos.
Ahora bien, menciono la alegoría del espejo, porque para amarnos es necesario conocernos, mirar nuestras flaquezas, debilidades, defectos y también conocer nuestras cualidades, y en ese auto-conocimiento amarnos, solo así nos podremos desarrollar y potencializar nuestro amor hacia los otros. Es cierto que en este proceso nuestras figuras paternas tienen gran influencia, lo cual abordaremos más adelante. Por último, te pregunto:
¿Quién fue o quién podría ser tu primer amor?
En cada segundo, el tiempo nos besa en el encuentro con uno mismo, en el vivir, en el suspiro que sentimos y hace vibrar nuestros pulmones, llevamos encajes que adornan nuestra vida, pero se nos olvida, que se nos acaba el tiempo, que tenemos solo ahora, se nos olvida aferrarnos a la felicidad, se nos olvida amarnos y compartir ese amor.
REFERENCIA: Fromm, E. (2007). El arte de amar. Ediciones Paidos, S.A. Barcelona.
Gracias por visitar leer nuestro artículo acerca de la autoestima y el primer amor, espero te haya resultado interesante y de utilidad. Cualquier duda y comentario estamos para ayudarte. ¡Hasta la próxima!