¿El amor duele? ¿Será que estoy mal interpretando?
“Hay que vivir el amor y no morir por su culpa”
– Walter Riso
¿Alguna vez te ha dolido el amor? La respuesta depende en gran medida de la concepción que tengamos de “amor”, pero dudo que al definir la palabra utilicemos palabras o connotaciones que refieran al dolor… De hecho, casi siempre es todo lo contrario. La palabra amor nos remite a imágenes tiernas, de corazones, el color rojo; algo en general -alegre-. Entonces ¿por qué preguntar si «el amor duele»?
En las relaciones de pareja hay altas y bajas, momentos inolvidables y otros que quisiéramos omitir o minimizar. La realidad es que no son como en un cuento de hadas, pero ello no implica que forzosamente deban causar dolor o sufrimiento. En este sentido, es importante diferenciar dos cosas: las acciones que se realizan “por amor”, y las interpretaciones que hacemos de esos actos.
Justificar nuestras acciones (que puedes ser válidas o no) con base al amor resulta confuso. Las acciones pueden ir desde simplemente dar los buenos días porque existe amor, hasta cosas que definitivamente nos dan un mensaje en dos sentidos: “te hostigo, porque te amo”, “invado tu privacidad porque me preocupas, porque te amo” …. Es como decir: “Te hago daño porque te amo”.
¿En qué momento el amor pasó de ser un sentimiento puro, a algo meramente dañino? En el momento en que nosotros lo permitimos. Aceptar esta -condición- diciendo que es amor, es inadecuado. Es exponernos al fuego sabiendo que no es lo correcto, que el fuego quema y que es muy probable que me ocasione un malestar… entonces, ¿por qué no me alejo?
Es en este juego donde aparece nuestra interpretación. Porque sí, nuestra pareja podrá decir y/o hacer muchas cosas, pero ¿qué estoy interpretando yo de ello? ¿Percibo daño donde no lo hay? ¿O percibo seguridad donde está el daño? Incluso la explicación parece confusa, pero no encontré una mejor manera de ejemplificarlo.
Te propongo un ejercicio que puede ayudarnos a diferenciar la situación de la interpretación. En una hoja, coloca dos columnas. En la primera vas a describir la situación, simplemente describirla. Y en la otra columna vas a escribir lo que piensas o sientes sobre esa determinada situación. Por ejemplo, si realizas el ejercicio en este momento, quedaría algo como esto:
Para clarificar el tema en cuanto a relaciones de pareja, enseguida te muestro otra tabla con ejemplos un tanto comunes en este contexto. Notarás que del lado derecho agregué una columna donde te doy alternativas de “interpretaciones”. A veces nos nublamos tanto en sólo darnos una explicación, que nos olvidamos de que pueden existir otras justificaciones mucho más razonables a los acontecimientos sucedidos.
Situación | Interpretación | Alternativas |
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Hoy es nuestro aniversario. No recibí ningún detalle por parte de mi pareja. | Olvidó que era nuestro aniversario porque nuestra relación no le importa, seguramente quiere terminar nuestra relación. Me siento sumamente triste. |
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Discutimos durante la cena porque su celular sonó y no quiso contestar la llamada. | Me está engañando con otra persona |
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Me envió flores al trabajo. | ¿Qué habrá hecho? Nunca tiene ese tipo de detalles conmigo. Me siento confundida y ansiosa, seguramente se siente culpable por algo que hizo |
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¿Notas la diferencia? Lo más razonable es que nuestra interpretación sea acorde a la situación; pero muchas veces no sucede de esta forma. A veces, la interpretación no tiene nada que ver con la situación… y es entonces cuando debemos prestar atención, porque eso sólo es un signo de alarma que nos indica que algo está mal. Si ese es tu caso, te sugiero buscar ayuda, ya que, aunque parezca algo simple, puede tener graves repercusiones en tu vida.
Aunque el ejemplo es bastante simple, espero que te ayude a comprender la esencia y el objetivo de este ejercicio. No se trata de que estemos paranoicos queriendo encontrar cosas donde no las hay, pero sí de que prestemos atención cuando algo nos hace ruido; confía en tu intuición, muchas veces son pequeñas señales que, de prestarles atención, pueden ayudarnos mucho.
Y entonces, ¿el amor duele? No, el amor no duele. Sin embargo, algunas acciones que realizamos y permitimos recibir en su nombre, así como algunas interpretaciones, son las que pueden causar daño, y sí, también doler. Te invito a reflexionar sobre esto en tu vida en pareja, tal vez descubras algo nuevo o reafirmes lo que ya conoces. ¡Me encantaría conocer tu experiencia!