¿Qué me influencia cuando elijo pareja? (Arquetipos primera parte)
“Mi relación con mi madre ha sido inexistente, ella nunca me vió, mis dos parejas significativas han sido muy parecidas a ella.”
Marcelo. Ingeniero. 45 años.
Cuando elegimos pareja no solo son nuestros deseos conscientes los que nos llevan a hacerlo, sino también todos los deseos inconscientes que llevamos dentro. El psicólogo Suizo Carl Jung habló por primera vez acerca del inconsciente colectivo, que es muy poderoso en nuestras decisiones, y también menciona los arquetipos que son contenidos mentales inaccesibles para nosotros de forma directa, pero que a través de nuestras conductas podemos darnos cuenta como operan e influyen en nuestra vida diaria.
Generalmente a todos los humanos que les pregunten que es un padre, madre, hijo, maestro, mago, guerrero… etc. pueden contestar que son y que se espera de cada una de esas figuras, está en el interior de cada humano la concepción de estos modelos o arquetipos.
Tú crees que el modelo de hombre y de mujer que has visto en tu familia, ¿influye en tí a la hora de empatar con alguien?
Generalmente cuando no hemos trabajado nuestra historia personal con todos sus momentos tristes, desolados, miedos, traiciones etc. todo ello influencía fuertemente nuestro ideal de pareja y por lo tanto nuestro proceso de selección de pareja.
Cuántas veces hemos visto que mujeres que han sido hijas de madres solteras repiten el patrón y ellas se convierten nuevamente en madres solteras. O cuantas veces hemos visto que varones con madres castrantes se unen a mujeres dominantes. Es de gran utilidad trabajar con nuestra genealogía para poder limpiar nuestra psique de las influencias y creencias que nos han heredado los personajes más significativos de nuestra infancia, nuestros padres.
Para una niña su primer amor es su padre, para un niño su primer amor es su madre. El ideal de hombre o de mujer lo vamos formando de como nuestros padres nos tratan y de como ellos interactúan como pareja. Inconscientemente podemos quedarnos “congelados” y no romper con ese amor primigenio y querer y no concretar una pareja en nuestra etapa adulta.
Carl Jung, nos permitió entender el concepto “sombra” que nos da elementos para entendernos mejor. La sombra es todo aquello que vive en nuestro inconsciente y que desde allí nos influye, creencias, miedos, formas de ver a los hombres y a las mujeres.
Generalmente en la sombra están aquellos comportamientos que consideramos indeseables en nosotros y que ocultamos. Allí es donde se encuentran también nuestras idealizaciones de lo que debe ser una mujer y lo que debe ser un hombre. Una mujer lleva en su sombra a su varón interno, un hombre lleva en su sombra a su mujer interna; son ellos esos personajes internos los que definen mucho la personalidad de cada individuo. Es vital conocer y reconciliarse con nuestras figuras paternas y maternas, ya que de ellos depende una sana convivencia con nuestra pareja.
Si consideras que tu relación con tu padre o tu madre fueron especialmente difíciles o inexistentes es importante que trabajes en ello, para que en tu interior tu parte femenina y masculina (que tanto hombres como mujeres llevamos dentro) se reconcilien entre si.
Cuando tenemos una relación de pareja que no funciona y nos sentimos fracasados, podemos consolarnos diciéndonos que seguramente elegimos mal y que no volverá a repetirse, pero cuando esta situación se vuelve a repetir es importante revisar que es lo que nos pasa en lo profundo de nuestra persona, es decir analizar las pautas y comportamientos que heredamos de nuestra familia y /o que hemos ido aprendiendo y que nos llevan a relaciones incomprensibles y dolorosas.
Estas imágenes interiores tienen una especial fascinación, y son “idealizaciones” de hombre o de mujer que armamos en nuestro inconsciente y luego “ponemos” en alguna persona por la que nos sentimos atraídos, la cual nos sirve de “percha” (aunque obviamente esa persona tiene alguna característica que evoca lejanamente a nuestra idealización).
Pasado un tiempo comenzamos a ver más claramente a la persona real que esta detrás de nuestras idealizaciones y vemos la parte se sombra del arquetipo. Es cuando nos sentimos engañados y acusamos al otro de haber cambiado, cuando en realidad teníamos desde el principio la información de cómo era el o ella, solo que lo ocultábamos con nuestro ciego enamoramiento.
Lo que me influencia cuando elijo pareja: Los Arquetipos
Para Jung, hay cuatro arquetipos masculinos y cuatro arquetipos femeninos, recordemos que todos llevamos dentro un modelo de hombre y de mujer, pero personificamos, si somos hombres el masculino y dejamos en la oscuridad o sombra a nuestro modelo femenino. Si somos mujeres personificamos alguno de los arquetipos femeninos y dejamos en la sombra a el masculino.
Los Arquetipos Masculinos:
El Amante
El Rey
El Guerreo
El Mago
La Madre
La Amazona
La Médium
La Mariposa
Cada uno de los arquetipos (tanto masculinos como femeninos) exhiben dos rostros: uno luminoso que mira hacia arriba y es el que seduce, y otro oculto pero siempre presente que aflorará en algún momento de la relación.
Los arquetipos no aparecen de manera pura, sino entremezclados y matizados en la vida real, pero los podemos reconocer en uno mismo y en personas de nuestro alrededor. También al paso de los años encarnamos alguno de ellos con más fuerza y luego vamos girando a otro según evolucionamos. Es importante tener claro que todos los humanos llevamos dentro todos los arquetipos, pero no todos los sacamos a la luz.
Si una mujer no tiene claro el modelo de hombre que lleva dentro, es decir el modelo de varón que inconscientemente lleva en su interior, anda por el mundo con un malhumor importante y con la convicción secreta de que todos los hombres quieren dominarla. Lo que no se da cuenta es que el que la domina es el hombre que lleva en su inconsciente y que no conoce.
Un hombre que no conoce el modelo de mujer que lleva dentro y lo busca en el exterior, se muestra mezquino, vanidoso, narcisista , como si estuviera todo el tiempo en un escenario, desempeñando un papel superficial y poco comprometido e imposibilitado de sostener relaciones amorosas a largo plazo.
En la segunda parte de este artículo seguiremos hablando de las formas más comunes de empatar entre los diferentes modelos de femenino y masculino.