Seguramente su dulce sabe mejor, Acerca de la envidia
-¡Quiero su paleta!
– Hijo, la tuya es igual
– ¡No, yo quiero esa!
Esta conversación es muy común con los niños. En ocasiones, ellos no saben por qué, pero desean apremiantemente lo que el otro tiene y aunque se espera que los niños aprendan a tolerar las diferencias, hay conductas que a lo largo de la vida se realizan y que son referentes a la envidia.
Pero ¿Qué es la envidia?
Melanie Klein, en su libro Envidia y gratitud se dedica a definir la envidia, que para esta autora es uno de los sentimientos más primitivos del ser humano.
La envidia surge cuando el sujeto no es capaz de ver a la otra persona como realmente es, sino que tiende a idealizarla al pensar que es perfecta y la admira, desea poseer lo bueno y valioso que el otro tiene, ya sea un objeto o una cualidad, pero al no poder lograrlo tiende a arruinar la característica que admira en el otro, ya que no puede tolerar que él mismo no lo posea.
Existen diferentes maneras en las que el sujeto ataca las características deseadas, por ejemplo:
- Aniquilar lo que desea, buscando así agotar la fuente de envidia.
- Estropear o arruinar un objeto, porque algo que ya no sirve no puede ser envidiado;
- Desvalorizar la característica de la otra persona, ya que si no vale nada, no causa envidia.
- Despertar envidia en los demás para no sentir la propia, buscando aminorar la propia envidia generándola en los demás;
- Indiferencia hacia el objeto o característica, buscando de esta manera sofocar los sentimientos que le despierta, ya sea de envidia o de amor.
Al observar a los niños podemos ver cómo hay quienes rompen o descomponen un juguete que le han prestado o que le tira el dulce a otro niño que no le invitó, pero en la adultez la envidia se expresa a través de la crítica, el rumor o la devaluación de lo que tiene la otra persona.
Se espera que este sentimiento disminuya en el momento que la persona pueda percibir a los otros como seres completos, con sus bondades y errores, de manera total, este proceso se da cuando el sujeto puede agradecer lo que la otra persona le ofrece y acepta las capacidades o cualidades con las que sí cuenta.
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