¿Qué es y cómo funciona la terapia sexual?
Son muchas las personas que buscan iniciar una terapia sexual, no obstante, la mayoría desconoce cómo funciona, sus características básicas o los beneficios que puede aportar.
Generalmente, quien acude a terapia sexual, encuentra que su vida sexual no le satisface y busca la orientación de un experto que le ayude a entender lo que está ocurriendo.
Y está claro que, pocos asuntos generan tantas dudas, miedos e incluso ansiedad, como la falta de conocimiento cuando se empiezan a experimentar dificultades de índole sexual.
Una vida sexual saludable implica la capacidad de disfrutar de la expresión de nuestra sexualidad y del encuentro íntimo con la pareja a un nivel cognitivo, físico, afectivo y social.
Sin embargo, las estadísticas indican que el número de personas insatisfechas con su sexualidad es cada vez mayor, y que la desinformación es un elemento determinante.
Por lo tanto, al emprender la búsqueda de un profesional de la psicología y la sexología, es crucial informarse con datos veraces sobre el funcionamiento de la terapia sexual.
Si tienes preguntas sobre el tratamiento de los problemas sexuales, sigue leyendo, que aquí nos daremos a la tarea de resolver las inquietudes más comunes acerca del tema.
¿Qué es la terapia sexual?
La terapia sexual consiste en un conjunto de estrategias psicoterapéuticas que tienen como objetivo la mejora del funcionamiento y la satisfacción sexual de sus usuarios.
Es decir, la terapia sexual es el procedimiento clínico a través del cual, una persona afectada por un problema sexual, recibe orientación supervisada para poder solucionarlo.
A pesar de lo que, comúnmente se piensa, un tratamiento sexual involucra mucho más que el mero aspecto genital, de ahí que, a últimas fechas se le llame terapia psicosexual.
Por lo tanto, el tratamiento sexual debe ser integral y atender los aspectos emocionales, relacionales y fisiológicos de la persona para restablecer la plenitud de su vida sexual.
Un tratamiento psicosexual puede llevarse a través de terapia psicológica individual, de pareja o incluso, a la par de una terapia familiar (dependiendo del contexto del usuario).
Cualquier persona, con indiferencia de su edad, condición física, estado civil, preferencia o identidad sexual puede beneficiarse de la implementación de una terapia sexual.
¿Cómo funciona la terapia sexual?
Como toda psicoterapia, la terapia sexual se establece mediante el diálogo con un experto; en este caso, un sexólogo que brinda al usuario la guía necesaria para rehabilitarse.
La terapia sexual es una terapia psicológica dedicada al cuidado exclusivo de la salud sexual, y que se caracteriza por trabajar con 3 elementos fundamentales:
- Pensamientos disfuncionales: ideas negativas o prejuicios que pueda tener la persona y que contribuyen a una visión irreal o limitante de su rendimiento sexual.
- Reacciones emocionales, sentimientos y estados de ánimo que se activan como respuesta a ciertos estímulos, y que inciden en la satisfacción sexual del usuario.
- Conducta sexual, comportamientos eróticos y actitudes sexuales que el paciente debe reaprender, para llevar a la práctica una vida sexual de manera más sana.
Los profesionales autorizados para brindar ayuda psicológica sexual son psicólogos clínicos o psiquiatras, especializados en técnicas afectivas, sexología y psicología de pareja.
Una terapia psicosexual se lleva a cabo en un clima de consuelo y apoyo para la persona o pareja implicada, y es común que el terapeuta asigne actividades como la siguientes:
- Platicar de ciertos temas en pareja.
- Pautas para interactuar en casa.
- Consejos para el encuentro íntimo.
- Ejercicios musculares y/o físicos.
- Ejercicios de atención plena.
- Técnicas de relajación y respiración.
- Videos y lecturas psicoeducativos.
- Exámenes y visitas al médico.
Algunas actividades se implementan durante el curso de la sesión, pero muchas de ellas, se asignan para realizarse en casa, ya sea en solitario o en colaboración con la pareja.
Los resultados en la práctica clínica permiten afirmar que la terapia sexual es muy efectiva y que los pacientes se muestran muy satisfechos con los resultados obtenidos.
¿De qué hablar en terapia sexual?
Entre los temas que más se abordan en la terapia sexual se encuentran las disfunciones sexuales, como la impotencia, anorgasmia, dispareunia, frigidez y eyaculación precoz.
Muchas personas expresan inquietudes sobre temas que han escuchado y les preocupan, como los relacionados con la masturbación, el tamaño del pene o la anticoncepción.
Tópicos que, con frecuencia son el principal motivo de consulta del paciente o las parejas y que, por lo general, giran alrededor de mitos, prejuicios y falacias popularizadas.
Las sesiones de terapia sexual son el espacio ideal para aclarar estas dudas, por lo tanto, el paciente o la pareja pueden expresar sus inquietudes en terapia con total confianza.
De igual forma, el terapeuta realizará preguntas al paciente sobre sus preferencias, anhelos y conductas sexuales, con el fin de comprender mejor lo que le sucede y orientarlo.
Algunos temas se abordan en pareja y otros con un solo integrante. También es importante decir que la terapia sexual puede beneficiar a personas que no tengan una pareja.
Llegados a este punto, es necesario advertir que, en una terapia sexual el paciente no se quita la ropa, el terapeuta nunca lo toca, y mucho menos se realiza el acto sexual.
No obstante, es fundamental tener en cuenta que, el terapeuta sexual es el experto adecuado para hablar de nuestra sexualidad sin ningún tipo de vergüenza o resquemor.
Y como tal, se abocará a ser lo más objetivo en sus respuestas, y a conducirse en un marco ético y de respeto hacia las inquietudes y experiencias que el paciente le comparta.
Una charla de terapia sexual tiene una duración de entre 45 y 60 minutos (aunque puede prolongarse si lo amerita), y su frecuencia recomendada es de una sesión a la semana.
¿Qué problemas resuelve?
La terapia sexual aborda cualquier situación que provoque un mal funcionamiento de la respuesta sexual humana en sus cuatro fases: deseo, excitación, orgasmo y resolución.
Y que incluyen los trastornos psicológicos sexuales, los impedimentos fisiológicos y los factores emocionales como, por ejemplo, el estrés o el deterioro en la relación de pareja.
Entre los principales motivos de consulta y situaciones de índole sexual que la terapia psicosexual se encarga de resolver se pueden mencionar problemáticas como las siguientes:
- Comunicación deficiente con la pareja.
- Inseguridad, complejos y baja autoestima.
- Ideas o pensamientos sexuales angustiantes.
- Educación sexual y afectiva en adolescentes.
- Prevenir enfermedades de transmisión sexual.
- Planificación familiar y anticoncepción.
- Conflictos de identidad u orientación sexual.
- Deseo sexual hipoactivo o ausencia de libido.
- Erotofobia, aversión al contacto sexual.
- Anorgasmia, dificultad para llegar al orgasmo.
- Dispareunia, relaciones sexuales dolorosas.
- Disfunción eréctil, para mantener la erección.
- Eyaculación precoz, eyacular antes de tiempo.
- Frigidez, vaginismo y malestares pélvicos.
- Parafilias, comportamientos sexuales atípicos.
- Adicción al sexo, conducta sexual compulsiva.
Sobre los problemas sexuales
Los trastornos sexuales más habituales se conocen como disfunciones sexuales, como, por ejemplo: la eyaculación precoz, el vaginismo o la inhibición del deseo, entre otros.
La mayoría de las disfunciones sexuales son de origen multicausal, es decir, no se deben a una única causa definida, sino que, se deben a una gama de factores interrelacionados.
Como pueden ser: la educación, las creencias religiosas, el contexto social, las experiencias sexuales, la edad, sucesos traumáticos, la condición física o problemas con la pareja.
De tal manera que, dichos factores no son de origen exclusivamente orgánico, por lo tanto, se considera que la mayoría de las disfunciones sexuales son problemas psicológicos.
Incluso, en los casos en los que la disfunción se deba también a una causa fisiológica, se recomienda llevar a cabo un tratamiento psicológico a la par del tratamiento médico.
¿Cómo saber si necesito terapia sexual?
El mejor indicador para saber si necesitamos terapia sexual radica en la sensación de malestar respecto a nuestra vida sexual, sobre todo, cuando se vuelve crónico o recurrente.
Cualquiera puede tener problemas sexuales (ya sea por motivos individuales o de pareja) y, sin embargo, no ver afectada la calidad de su vida sexual de forma global o permanente.
La terapia sexual es necesaria cuando la persona sospecha que no es capaz de mejorar su vida sexual sin ayuda, y/o que su condición interfiere gravemente con su bienestar.
De igual manera, es probable que una persona necesite ayuda de un sexólogo, si como consecuencia de un percance o evento traumático su vida sexual no volvió a ser la misma.
¿Qué beneficios aporta?
Ya sea que, el problema se trate de una condición apremiante o de una inquietud reciente “más vale prevenir, que lamentar”, iniciar una terapia sexual puede servirnos para:
- Optimizar nuestra relación de pareja.
- Vencer el miedo a compartir nuestros deseos.
- Conocer mejor nuestros gustos y preferencias.
- Redescubrir el romance y la intimidad.
- Explorar nuestras fantasías y/o inquietudes.
- Planificar y hacer acuerdos con la pareja.
- Superar la rutina y la monotonía en la cama.
- Aprender nuevas pautas desempeño sexual.
- Cuidar de nuestro cuerpo y prevenir trastornos.
La terapia sexual online
Actualmente, es posible beneficiarse de una terapia sexual online sin tener que salir de casa y aprovechar los recursos adicionales que conlleva el uso de las nuevas tecnologías.
Existen diversos estudios sobre disfunción eréctil, anorgasmia, vaginismo, dispareunia, eyaculación precoz y retardada, que corroboran los beneficios de la terapia sexual online.
El uso de Internet implica valiosas ventajas para el afectado por un problema sexual, que incluyen, por ejemplo, la confidencialidad y la opción de mantener el anonimato.
Aspectos que permiten al usuario sentirse más cómodo y seguro, sobre todo, a quienes les resulta muy difícil superar el nerviosismo inicial o sienten algún tipo de vergüenza.
La terapia online es de sobra conocida por su efectividad para superar afectaciones como la fobia social, el trastorno de pánico, los episodios de ansiedad y la timidez extrema.
Además, por supuesto, de los beneficios particulares que la caracterizan: accesibilidad, horarios flexibles, atención sin límite espacial, asesoría constante y costes asequibles.
Si consideras que necesitas de una terapia sexual o requieres de más información, busca un profesional en tu zona o contáctanos, ¡siempre será un gusto poder ayudarte!