Familias tecnológicas, niños abandonados
“Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad.
El mundo solo tendrá una generación de idiotas”
–Albert Einstein
La vez anterior hablé un poco sobre los videojuegos y la manera en la que estos pueden llegar a alterar la percepción de la realidad en sus usuarios, en especial en los niños, quienes debido a su corta edad son más susceptibles a estas alteraciones.
Sin embargo, el dilema no se limita exclusivamente a los videojuegos. Retomo esta cita de Einstein ya que, desde el punto de vista de esta psicóloga, la problemática radica en la tecnología. Pero no en la tecnología por sí misma, sino en la manera en la que interactuamos con ella y en las funciones que los adultos pretendemos darle, algunas de estas van más allá de lo que estas herramientas pueden hacer por nosotros.
Pongámonos un poco nostálgicos y recordemos cómo fue nuestra niñez…hace 10, 15, 20 o 25 años atrás. Salíamos al parque o a la calle acompañados por nuestros hermanos y los vecinos de nuestra cuadra, improvisábamos porterías, pistas de carreras, gradas, etc. La calle se convertía mágicamente en una pista de NASCAR o Fórmula 1, los juegos del parque se convertían en castillos rodeados de peligrosos obstáculos. Las bicicletas, acompañadas por nuestras imitaciones de sirenas, se convertían en vehículos de emergencia y, nosotros, nos convertíamos en personajes con poderes inigualables, profesionistas respetados en nuestra área, superhéroes dispuestos a salvar a nuestros amigos, etc. Podíamos pasar horas hasta que nuestros padres nos llamaran, eso si no habíamos sido castigados por alguna travesura.
Durante este tiempo, aprendíamos y desarrollábamos un sinfín de habilidades, tanto imaginativas como sociales. Si las reglas no nos parecían teníamos 3 opciones:
- Jugar por nuestra cuenta, aislados de los demás.
- Tolerar y seguir las reglas establecidas por los demás.
- Negociar y llegar a un acuerdo que fuera aceptado por todos.
Mucho ha cambiado con el transcurso de los años, y cada vez son menos las oportunidades que se tiene de hacer este tipo de actividades. Hoy en día observamos que resulta más común que los niños y adolescentes estén inmersos en distintas tecnologías por periodos de tiempo exagerados. Parece que la tendencia de estas nuevas generaciones es ser criados por las niñeras modernas: la televisión, las pantallas, consolas, computadoras, tablets, etc.
Los espacios de convivencia familiar cada vez se reducen más, no solo en tiempo, sino en calidad. Con mayor frecuencia podemos observar “reuniones” familiares en las que cada quién está inmerso en un aparato electrónico distinto, ignorándose por completo unos a otros. Y, cuando alguien parece querer entablar una comunicación o relacionarse de manera directa con las personas a su alrededor, se toma con una barrera tecnológica o con la falta de habilidades para lograrlo.
¿De qué manera podemos retomar ese contacto?
Con pequeños cambios en los espacios que tengamos de convivencia:
- Salir a caminar en familia, sin aparatos electrónicos.
- Realizar juegos en los que tengamos que recordar de qué manera iban vestidos por la mañana los miembros de nuestra familia.
- Jugar juegos de mesa cuando estemos reunidos.
- Preguntar cómo nos fue en el día, esta pregunta la podemos plantear de varias maneras:
- ¿Qué fue lo que más te gustó del día de hoy?
- Si pudieras cambiar algo de tu día, ¿qué sería?, ¿qué te gustaría repetir?
- ¿Qué fue lo más interesante que te sucedió hoy?
- ¿Qué fue lo más chistoso que viste el día de hoy?
- Dr. Francisco Campos Freire. (2008) Las redes sociales trastocan los modelos de los medios de comunicación tradicionales; Recuperado de: Revista Latina de Comunicación Social
- Fernando Iriarte Díazgranados. (2007) Los niños y las familias frente a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICS); Recuperado de: Psicología desde el Caribe N*20
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