10 actividades para lograr el equilibrio emocional
El equilibrio emocional es la capacidad de la mente para adaptarse a situaciones nuevas y afrontar los desafíos de la vida adoptando actitudes balanceadas y potenciadoras.
Las personas que tienen un sano equilibrio emocional, encuentran con mayor facilidad formas de gestionar sus propias emociones e impulsos ante situaciones estresantes.
Si tienes dificultades con esto último, debes saber que todos podemos aprender a implementar acciones diarias que nos ayuden a mantener un sano equilibrio emocional.
Basta con practicar ciertas actividades sencillas en nuestro día a día, para favorecer nuestro propio autoconocimiento y lograr una buena gestión de nuestras emociones.
En este tutorial aprenderás 10 actividades diarias que puedes poner en práctica de forma inmediata, para empezar a desarrollar un equilibrio emocional óptimo.
Aunque sencillas, no las subestimes, presta atención a cada una, practícalas con empeño y obtendrás los resultados significativos que deseas ver reflejados en tu vida.
Al final, encontrarás un ejercicio extra que te ayudará a mantener un equilibrio emocional ante las relaciones conflictivas que pudieras tener con los demás. ¡No te lo pierdas!
10 actividades diarias para el equilibrio emocional
1. Diario de emociones
¿Cómo te sientes el día de hoy?, ¿sabes identificar que emociones estás experimentando en estos momentos?, ¿qué es lo que te causa alegría y enfado?
Aprender a conocer que es lo que nos está ocurriendo internamente es el primer paso para aprender a gestionar nuestras emociones y por lo tanto tener un mayor equilibrio emocional.
Aunque podría sonar sencillo, cuando no estamos acostumbrados a hacerlo, suele resultar una tarea bastante complicada.
Sin embargo, hay muchas cosas que podemos hacer para comenzar a ser conscientes de nuestras emociones, entre ellas, tener un diario de gratitud facilitará la tarea.
Basta con conseguir una libreta personal en donde se llevará un registro de todo lo que se va experimentando de manera interna durante el día.
Por ejemplo, anotar las situaciones más significativas de tu día en donde te sentías saturado porque tenías muchos pendientes, ansioso de pensar en lo que le dirías a tu jefe, etc.
Quizás, también, pudiste experimentar alegría y agradecimiento hacia alguien que tuvo un gesto amable contigo, etc.
Es recomendable que en el momento en el que estés inmerso en la situación, pongas un alto unos minutos e identifiques aquello que está ocurriendo dentro de ti.
2. Contacta con la naturaleza
Existe bastante evidencia científica de que establecer contacto la naturaleza de manera frecuente tiene grandes beneficios a nivel emocional y psicológico.
Basta con salir a caminar o hacer alguna actividad en la naturaleza unos 20 minutos para beneficiarnos de ella. Entre sus principales beneficios se encuentran los siguientes:
- Te hace sentir más feliz.
- Disminuye el estrés y la ansiedad.
- Ayuda a serenar la mente y concentrarse.
- El Sol aumenta la producción de vitamina D.
- Ayuda a combatir los síntomas de depresión.
Es recomendable hacer esto de manera constante, pero sobre todo, en aquellos días en donde el estrés o las emociones tóxicas estén generándonos un gran malestar.
Contactar con la naturaleza es una actividad que puede ser nuestra gran aliada para recargarnos la energía y mirar las cosas bajo una mejor perspectiva.
3. Avanza hacia tus metas
Presta atención a todas aquellas actividades que llevas a cabo en tu día a día y reflexiona acerca del sentido personal que tienen para ti cada una de ellas.
Aparte de aquellas actividades que tienes que hacer sí o sí, como podría ser preparar la comida, limpiar la casa, ir al supermercado, llevar a los niños al colegio, etc.
¿Realizas alguna actividad diariamente que te esté dirigiendo hacia tus metas y objetivos personales a largo plazo?
¿Qué sentido tiene para ti lo que haces? Es interesante detenerte a reflexionar acerca de tus actividades cotidianas, ya que influyen directamente en tu manera de sentir.
Una vez que hayas analizado lo que haces de manera cotidiana, vale la pena comenzar a hacer pequeñas modificaciones para ir incluyendo cosas que le den un sentido a tu vida.
Por ejemplo, si algunos de nuestros objetivos personales es llegar a tener una casa propia, mejorar la relación con los hijos, terminar una carrera profesional, etc.
Entre las actividades que tendrías que estar realizando en tu día a día se encontrarían las siguientes:
- Dedicar un tiempo a la convivencia familiar.
- Trabajar en tus proyectos y metas personales.
- Organizar los deberes y tareas pendientes.
- Emprender algo nuevo, estudiar, ejercitarse.
4. Prioriza el amor propio
Cuando se trata de “uno mismo”, a muchas personas les es muy difícil dejar de juzgarse negativamente, ser amables con ellas mimas y tratarse con amor y respeto.
Para tener un buen equilibrio emocional es necesario fortalecer la autoestima, cuidarse y valorarse a uno mismo, pero muchas veces nos sabemos como lograrlo.
Una buena manera de comenzar a cultivar el amor propio es hacer una lista de actividades que disfrutes, que sean productivas y que te hagan sentir bien.
Una vez hecha la lista, (mientras más extensa mejor) se tiene que escoger todos los días por lo menos una de esas actividades para llevarla a cabo.
Estas actividades pueden ir desde las más sencillas hasta las más difíciles de llevar a cabo.
Entre muchas alternativas que varían en función de los gustos personales de cada uno, algunos ejemplos de este tipo de actividades son los siguientes:
- Tomarse un baño relajante.
- Salir a dar un paseo.
- Ver una buena película.
- Dibujar.
- Leer un libro.
- Recibir un masaje.
- Salir con los amigos.
5. Conecta con los demás
Diversas investigaciones científicas demuestran que las personas que tienen buenas conexiones sociales tienen tasas más bajas de depresión, ansiedad y mayor autoestima.
Incluso, tener una relación sólida con los demás es de gran ayuda para fortalecer nuestro sistema inmunológico y recuperarnos más rápido de la enfermedad.
Por lo que, para tener un sano equilibrio emocional e incluso físico, es necesario fortalecer nuestras relaciones más cercanas y de ser posible crear nuevos vínculos con los demás.
Algunos consejos para ayudarnos a conectar más con los demás en la vida cotidiana:
- Llama por teléfono o envía de vez en cuando un mensaje a familiares y amigos que están lejos para saber cómo están y recordarles que estás ahí para ellos.
- Procura programar encuentros con familiares y amigos para convivir con ellos.
- Participa en actividades recreativas en donde tengas la oportunidad de socializar con otras personas.
6. Crea hábitos saludables
Nuestra manera de pensar y de actuar día con día, nos llevan inevitablemente a crear una serie de hábitos que con el tiempo se vuelven parte de nuestra rutina diaria.
Podemos adoptar hábitos saludables, pero también se corre el riesgo de adoptar hábitos negativos que afectan nuestra calidad de vida y nuestro equilibrio emocional.
Por lo que es importante identificar todos aquellos hábitos que hacemos de manera consciente e incluso inconsciente que debamos eliminar o modificar.
Algunos ejemplos de hábitos negativos pueden ser los siguientes:
- Hablarse y tratarse mal a uno mismo.
- Dejar de beber en exceso y/o fumar.
- Comer comida chatarra.
- Centrarse (únicamente) en lo negativo.
- Sedentarismo.
Todos estos hábitos negativos pueden ser sustituidos por hábitos más positivos como los siguientes:
- Hablarme con amabilidad.
- Comenzar a hacer ejercicio.
- Recrearme de forma sana y/o productiva.
- Procurar una alimentación balanceada.
- Prestar atención a todo, incluyendo lo positivo.
- Salir a caminar todos los días.
7. Suelta el control
Tener metas y objetivos en la vida es esencial para sentirnos plenos y que podamos realmente disfrutar de todo lo que hacemos.
Sin embargo, cuando nos dejamos atrapar por el “cómo deberían de ser” las cosas, nos podemos llegar a sentir sumamente frustrados.
Por esta razón, siempre hay que tener en cuenta y aceptar que las cosas no siempre van a suceder exactamente como queremos que sucedan y eso no es algo negativo.
Cuando nos sentimos preparados para dejar a un lado los apegos a cualquier resultado que deseemos, nos abrimos a vivir experiencias más grandes que nunca imaginamos.
¿Cuántos proyectos y cosas increíbles les han ocurrido a personas que han “fracasado” en lo que deseaban hacer?
Al final, gracias a que han aceptado las cosas que no estaban en sus manos y soltado el control, han encontrado nuevas y mejores alternativas que no hubieran conocido de haber fracasado.
Soltar el control y aceptar no significa ser conformista o dejar de intentar, se trata de fluir con la vida y dejar que la magia de lo que nos ocurre nos lleve a lugares que nunca imaginamos.
8. Observa tu respiración
Acostumbrarnos a observar nuestra respiración a lo largo día, es un hábito que nos ayuda a detectar señales acerca de nuestros niveles de estrés.
Tener la respiración agitada, sentir que la estamos conteniendo o suspirando con frecuencia es un indicador de que nuestro nivel de estrés se encuentra elevado.
En ese caso, para ayudarnos a regularlo y por lo tanto, regular nuestro nivel de estrés, es necesario hacer unas cuantas respiraciones profundas.
Algunos pasos para hacerlo de manera adecuada son los siguientes:
- Respira lenta y profundamente, sintiendo como se inflama tu abdomen.
- Mantén la respiración unos segundos.
- Exhala lentamente por la boca.
Repite este ejercicio cuantas veces sea necesario hasta que te sientas que tu respiración se encuentra a un ritmo más moderado y te encuentres más tranquilo.
9. Recuerda que todo pasa
Cuando te encuentres pasando por momentos difíciles o si los estás atravesando en este momento, es importante que recuerdes que este tiempo pasará.
Pasar por momentos difíciles en donde sintamos tristeza, malestar, miedo, etc. es parte de la experiencia humana.
El hecho de poner un alto y reconocer nuestras propias emociones, es un paso muy importante para encontrar un equilibrio emocional.
Y es que, una vez que aceptamos esas emociones, nos dejamos sentirlas y aprendemos a gestionarlas, podemos tomar medidas para comenzar a superarlas.
Así que, cada vez que te encuentres en una situación difícil, piensa que solo son malos momentos pero que tarde o temprano vas a sentirte mejor.
10. Terapia psicológica
Contar con la ayuda de un psicólogo para trabajar nuestro equilibrio emocional, ya sea a través de terapia online o presencial, es sin duda, el mejor recurso para lograrlo.
No necesariamente tenemos que padecer un trastorno psicológico o tener un problema emocional para aprovechar las ventajas que representa asesorarse con un profesional.
En muchas ocasiones se busca ayuda con la finalidad de conocerse más a uno mismo y aprender herramientas para incrementar nuestro bienestar y equilibrio emocional.
Los psicólogos somos los encargados de acompañar a las personas que lo necesitan en este proceso y de proveerlas de herramientas útiles para su propio crecimiento personal.
Una persona que ha pasado por un proceso terapéutico, se puede sentir más capacitada para autorregularse y hacer frente a situaciones difíciles que atraviesa en su vida.
¿Cómo lograr el equilibrio emocional y social?
Por último, te propongo llevar a cabo un sencillo pero significativo ejercicio para mantener el equilibrio emocional en aquellas situaciones sociales conflictivas para ti.
El objetivo es ayudarte a gestionar emocionalmente alguna situación problemática que hayas tenido con algún amigo, familiar o compañero de trabajo, etc.
Toma en cuenta que, cada relación es distinta y que incluso, puede resultar válido el no estar dispuestos a mejorar la relación con la otra persona o resolver el conflicto.
Lo que buscamos aquí es mantener el equilibrio emocional, lo que no implica el “quedar siempre bien con todos y en todo momento”, actitud que además es nociva.
Dicho esto, procura realizar el siguiente ejercicio por la noche, de preferencia en una habitación o espacio donde te sientas cómodo, tranquilo y puedas concéntrate.
Ejercicio:
1. Relájate, respira profundamente durante 1 minuto, cierra los ojos y trae a tu mente la situación conflictiva que se produjo con la persona en cuestión.
2. Ponte en los zapatos del otro: Imagina que “eres la otra persona” e intenta “percibir” lo que la otra persona sentiría ante la situación conflictiva contigo.
3. Analiza la situación de forma imparcial y pregúntate: “¿Para qué nos sirve a ambos esta situación?”, “Qué es lo que cada uno de nosotros desea lograr”.
4. Revisa tus convicciones personales, y decide cuáles considerarías expresar para ayudarlos a resolver el conflicto.
5. “Testea” la relación entre ambos, y cuestiónate: “¿Han existido momentos de armonía entre nosotros en el pasado?”, “¿Por qué?”.
6. Ensaya tu reacción, imagina la misma situación, pero actuando con seguridad y aplicando los valores personales en los que pensaste.
7. Calibra tu tensión, a la par que vives la situación en tu mente: coloca tu mano en la parte del cuerpo que sientas más tensa e intenta ir relajándola…
8. Anticipa el resultado: hazte las siguientes preguntas: “¿Me gustaría dar el 1er paso para resolver el conflicto?”, “¿Qué puedo ganar (perder) si (no) lo hago?”.
Espero que estas 10 actividades y el ejercicio final, te sean de gran utilidad y puedas comenzar a implementarlos sin ningún problema en el momento que lo desees.
Recuerda que puedes contactar con nosotros si tienes alguna duda, comentario y/o te gustaría recibir atención psicológica de parte de alguno de nuestros profesionales.