Problemas Sexuales: ¿En qué consisten y cómo solucionarlos?
No son pocas las personas con problemas sexuales que, al llegar a consulta (en pareja o individualmente) expresan algo como lo siguiente:
“Recurro a terapia como último recurso, la relación se fue al trasto, discutimos por todo, apenas demostramos afecto… y cada vez somos más distantes”.
Durante la evaluación, en bastantes ocasiones encontramos que, muchas de estas personas (o parejas) están pasando por dificultades sexuales.
En el mejor de los escenarios, esos problemas sexuales llevan presentes aproximadamente unos meses o un año, en otros, dos, tres, diez años…
Incluso, en los casos graves (que tampoco son infrecuentes) la problemática se ha estado manifestando durante toda la vida de la persona.
¿En qué consisten los problemas sexuales?
Consisten en cualquier condición que impida mantener una actividad sexual funcional y satisfactoria, ya sea en uno o ambos miembros de la pareja.
Estás dificultades suelen deberse a alteraciones físicas y/o afectaciones psicológicas que derivan en lo que se denomina como disfunciones sexuales.
Tanto hombres como mujeres pueden padecer problemas sexuales, y aunque no pongan en peligro la integridad física, merman en demasía la calidad de vida.
En la mayoría de los casos, quienes padecen una disfunción sexual desarrollan también otras afectaciones, como depresión, ansiedad, estrés y baja autoestima.
¿Cuáles son los problemas sexuales más comunes?
Por lo general, los problemas de tipo sexual se reconocen fácilmente por sus síntomas, sin embargo, se manifiestan de forma muy diferente en mujeres y hombres.
♀ En las mujeres:
En el caso de la mujer los problemas más comunes son el dolor durante la penetración, las dificultades para excitarse, lubricar, sentir deseo y alcanzar el orgasmo.
- Vaginismo.
- Dispareunia.
- Anorgasmia.
- Ausencia de apetito sexual.
- Lubricación vaginal deficiente.
- Molestias durante la penetración.
♂️ En los hombres:
Los problemas más frecuentes en el hombre son la ausencia de apetito sexual, las erecciones deficientes o inexistentes y la falta de control eyaculatorio.
- Pérdida de la libido.
- Disfunción eréctil.
- Eyaculación precoz.
- Eyaculación retardada.
- Ansiedad incapacitante.
- Nivel bajo de Testosterona.
¿Por qué se agravan los problemas sexuales?
En ocasiones las personas buscan apoyo en su médico general, ginecólogo o urólogo y estos por lo general, les recomendarán tomar terapia sexual.
Sin embargo, por diversas razones (miedos, prejuicios, procrastinación, orgullo, etc.), no se deciden a dar el paso y terminan por no buscar esa ayuda.
Otras veces, aunque el problema sexual está presente, la persona o la pareja llega a acuerdos para que la dificultad no les afecte “demasiado”.
Por ejemplo: proponer que no se realizarán determinadas prácticas sexuales, e incluso, acordar que no va a haber ningún tipo de intimidad sexual.
En otras ocasiones (la gran mayoría), las personas no buscan ayuda psicológica porque creen que los problemas sexuales se van a solucionar solos:
- “Si no tengo deseo, ya vendrá luego”.
- “Si no tengo erecciones, ya las conseguiré después”.
- “No he podido llegar al orgasmo, pero ya llegaré”.
- «Estoy seguro(a) que esto es pasajero.»
- Y así, pasan los años…
Es común que, la pareja adopte medidas como «hacer acuerdos» en el área sexual, para “enmascarar” su incapacidad y así, prestar atención a otras actividades.
Si ese acuerdo funciona y les hace vivir su sexualidad plena y satisfactoriamente, perfecto; pero la realidad es que, en la mayoría de casos no suele ser así.
¿Los problemas sexuales se solucionan solos?
La realidad es que, cuanto más se demoran en pedir ayuda profesional y trabajar en su problema sexual, más deteriorada llega la pareja a consulta.
Pensemos en parejas que vienen a terapia tras veinte años de relación y que nunca han cumplido el deseo de realizar el coito de manera satisfactoria.
O por ejemplo, actualmente aquellas parejas que acuden a un terapeuta online, debido a que llevan años queriendo tener hijos y no consiguen tener erecciones.
Cada uno sufre individualmente, surgen los sentimientos de culpa, el miedo al abandono, la frustración, y esto al final, se traduce en un mayor distanciamiento.
Es decir, más allá del ámbito sexual, el área afectiva también se daña; hay parejas que al llegar a terapia llevan meses o años sin un mínimo de contacto físico.
El tiempo ha pasado y la relación se desgastó de más en todos los ámbitos. Es entonces cuando se les pregunta: «¿Por qué buscaron ayuda hasta ahora?».
Sin excepción, los involucrados suelen contestar: “porque esto no se arregla solo y la relación está casi acabada, es que no puedo/podemos más”, o algo similar…
A no ser por causas muy puntuales, por ejemplo: dificultades tras el parto, ansiedad, depresión, estrés o fármacos, los problemas sexuales no se solucionan solos.
¿Cómo solucionar los problemas sexuales?
La solución de las afectaciones sexuales pueden diferir mucho de un caso a otro, dependiendo del problema sexual en cuestión y las circunstancias de cada persona.
Si los problemas sexuales se deben a factores fisiológicos (que inciden en el funcionamiento óptimo del organismo) se necesitará atención médica especializada.
En este tipo de problemas, el ginecólogo es el médico indicado para tratar los problemas en las mujeres, y en el caso de los hombres será un médico andrólogo.
No obstante, la mayoría de los problemas sexuales son de tipo psico-emocional (o en su defecto mixtos), por lo que, el psicoterapeuta sexual es el experto idóneo.
La voluntad de la persona (o la pareja afectada) siempre será indispensable para solicitar ayuda profesional y someterse a un tratamiento psicosexual oportuno.
Es posible superar los problemas sexuales sin que la relación de pareja se ponga en peligro, siempre y cuando, las pautas necesarias se implementen a tiempo.
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